“La loca e increíble historia de la Sonata de Román (01)”

Hola a todos los que se dan el tiempo de leer mi blog, un saludo y un agradecimiento, espero que estén muy bien.
Esta vez les dejo algo diferente, ¡una de mis historias cortas!, que felicidad ¿no?, esta seccionada por que la pienso presentar en varias sesiones, una vez a la semana, estén atentos y lean con cuidado. Espero críticas, comentarios, elogios, mamadas de chota y propuestas de casas editoriales, sin mas por el momento los dejo con “La loca e increíble historia de la Sonata de Román (01)”

espero lo dsfruten.

El tablero marcaba cien kilómetros por hora, dese hacia ya una media hora; el Renault viejo hacia sonidos extraños de vez en cuando y brincaba excesivamente; ni siquiera parecía ser una autopista lo que recorría, si se mirase a la persona que le manejaba sin mostrar el camino, casi se podría jurar que recorría un empedrado.

Cien kilómetros por hora, es todo lo que podía dar aquel gastado auto, esto era cosa nueva para su conductor que jamás había salido en el a la autopista y en la pequeña pero ajetreada ciudad de la que es nativo, jamás se puede andar a mas de sesenta, el trafico impone los limites de velocidad; es casi estúpido ver letreros, como si alguien pudiera romper esa regla, incluso deberían poner letreros retando sobrepasar los veinte kilómetros por hora, eso si seria una hazaña. Estas cosas le pasaban en la cabeza a Román mientras manejaba el Renault que ya les platico; los arboles amarillos se deslizaban a los costados de la carretera, con un follaje propio de otoño, la luz amarillenta de un sol que amenaza con ocultarse bañaba el lado derecho del auto, Todo parecía ir de maravilla, el clima es agradable, el viento refrescante, la tarde sedante y el coche por mas viejo que aparentara ser no iba a fallar, pero nos ha faltado una variable, Román el conductor de mirada turbada y barba insípida.

Román había tomado una decisión ese día, y es que a el la vida ya no le parecía tan agradable, estaba fastidiado de los lloriqueos infantiles de sus amigos, de su inútil trabajo, de hacer papeleo, de pagar la luz, de las platicas robóticas que tenia que sostener en los bares, de las mujeres aburridas que se cogía los sábados por la noche, estaba arto de la monotonía y de su incapacidad para ponerle fin.
Así que decidió que ese día tomaría su auto, una botella del mezcal mas barato y aceleraría el coche, no con la firme intención de matarse, sino con matar la parte monótona de su ser; bebería hasta donde pudiera y manejaría hasta donde pudiera; dejándole su vida a las variantes que le pudieran acontecer.

Román iba desbordante de emoción mientras pensaba en lo genial de su idea; se sentía extasiado, temeroso y borracho, tenía esa sensación de que solo las acciones que arriesgan la vida valen la pena, llevaba media hora bebiendo y conduciendo y era como si hubiera revivido, como si en realidad todo lo anterior a esos 30 minutos hubieran sido tiempo muerto y en estos momentos alguien le estuviera jalando con unos fórceps a través de la matriz para traerlo al mundo de los vivos; la luz le dañaba los ojos, el aire le parecía demasiado frio, los sonidos muy fuertes, definitivamente estaba naciendo; su idea estaba funcionando, estaba aniquilando al ser que le mantenía sumido en la monotonía y renaciendo como el ave fénix de entre sus cenizas.

El acelerador estaba a fondo y su visión ya era borrosa; lo cual le importo poco por que sabia que su auto no iría a mas de cien kilómetros por hora, pero se equivocaba, iba a ciento veinte; el viento le movía el pelo castaño, y sus dedos izquierdos sudaban sobre el volante, la mano derecha cargaba una botella de plástico con un litro y medio del mezcal que compro por veinte pesos; jamás fue un bebedor fino, si atontaba le encantaba; y de repente le vinieron ganas de romper a cantar, ni siquiera era una canción , mas bien era un conjunto de canciones, si cruzaban por su mente salían por su boca en tonadas sin sentido, estaba cantando un remix de lo mas horrendo; esto seria lo último que cantara nuestro pobre héroe, por que en ese momento vio a unos cincuenta metros una vaca cruzando el camino; pero la actitud de Román no estaba para titubeos, el quería experimentar cosas nuevas, así que piso el acelerador; si es que eso aun era posible; y dio un gran trago de vino.

<<¿Qué se sentirá atropellar un vaca?, ¿el cielo o el infierno?, espero que el infierno por que si voy al cielo seguro me encuentro a personas como mis abuelos haciéndome la vida imposible>> pensaba Román mientras cerraba los ojos a diez metros de la vaca.

Cinco metros..


Un metro..

Una luz cegadora apareció ante sus ojos, una luz intensamente roja, que simplemente continuo y continuo, parecía estar dentro de los ojos de Román ya que este no había abierto los ojos, seguía sin hacerlo, pero la luz permanecía, incluso ya no sentía movimiento, ni el ronroneo gastado del motor o el ensordecedor sonido del aire al chocar contra sus oídos, en vez de esto escuchaba un siseo de serpiente que se alargaba sin pausas.

Decidió que lo único que le quedaba era abrir los ojos; lentamente abrió el ojo izquierdo seguido por el derecho con la misma lentitud.

Estaba de pie en una habitación completamente roja, circular, y con un alfombrado con el mismo color que la luz, misma que parecía no salir de ningún sitio, parecía proceder del tapizado en si; no ventanas, no puertas, un espacio de unos tres metros de diámetro y todo despedía un olor a loción para después de afeitarse; Detrás de el y justo en el centro, un sillón individual, que para no desentonar con la escenografía también era rojo y al momento en que Román le paso la mano, este tenia una textura aterciopelada;Le recordó uno de esos lugares a donde solía irse a coger a una puta, doscientos la hora los viernes por la noche.

Se sentó sobre el sillón y se acomodo, estaba totalmente consiente de que hacia unos momentos iba a atropellar una vaca, aun así no sentía temor alguno, ni siquiera desesperación por saber que le pasaba, simplemente se sentía tranquilo y rápidamente noto que la borrachera se le había ido por completo.

Una voz de mujer sonó por toda la habitación.

-¡bienvenido al inferno!, espere mientras uno de nuestros agentes se pone en contacto con usted- (la voz no era distinta a la de cualquier secretaria de Telmex)-por favor manténgase sentado, la espera puede variar en tiempo, si usted lleva sentado el doble de su tiempo en vida se le hará una reducción del punto cero, cero, cero, cero uno porciento en su próxima visita al infierno o la de algún familiar, mantenga en mente los datos relacionados con su ultima vida o de lo contrario su visita se vera impedida, vacié las cosas de sus bolsillos, si ha perdido uno o mas miembros favor de informar a su agente para que este pueda recuperarlos, si el miembro que ha perdido es la lengua, en la parte izquierda de su sillón aparecer lápiz y papel, por el momento no manejamos el idioma árabe, si usted pertenece a otra religión informe a su agente, el lo remitirá a su infierno mas cercano, si no sabe por que delito se le remite a este su infierno por favor hágaselo saber a su agente.- la misma voz se dulcifico y dijo- el infierno No: 6567664 con terminación 002 es patrocinado por, coca cola, UNICEF, Greenpeace, teléfonos de México, frituras y botanas don tacho ¡que buenas son! y el Vaticano.-

Regreso el sonido seseante, la luz roja del cuarto titubeo un segundo y la grabación comenzó de nuevo...


Por esta vez es todo, Hasta el próximo jueves.
Desde la habitación roja les manda un saludo el autor JLSB, recuerden si manejan beban mucho, muahahaha.

segunda parte "La loca e increíble historia de la Sonata de Román (02)"
tercera parte "La loca e increíble historia de la sonata de Román 03"
cuarta parte "La loca e increíble historia de la sonata de Román 04"
quinta parte "La loca e increíble historia de la sonata de Román 05"
sexta parte"La loca e increíble historia de la sonata de Román 06"