El monstruo detrás del lenguaje.

Hace unos días, discutiendo con un amigo y viendo mis torpes intentos por explicare algo que resultaba tan obvio, al menos para mi, lo convertí en personal y me propuse tratar de entender ¿Qué pasaba ahí?, cabe mencionar que mi amigo es medio idiota, o sea no es totalmente resultado de lo que estoy a punto de explicar.También afecta que mi amigo es de los que no cambian una idea desde que la tomaron a los cinco años. Pero esta falta de entendimiento entre dos individuos es muy común y generalmente diferimos en todo menos en cosas muy básicas.

El lenguaje es complejísimo, se forma a base de experiencias, recuerdos, relaciones, eventos significativos, ideales, familias, religión, cultura, deseos, gustos, ambiente, percepción. En fin, son tantos los factores que se implican en la creación de una sola palabra, una sola palabra, ya ni siquiera mocionemos el lenguaje, por que este se transforma en un monstro de magnitudes épicas.

Ahora, cada individuo tiene estas variables que forman las palabras. en mayor o menor medida las variables son distintas entre individuos, lo que se traduce a que cada individuo posee palabras con significados “ligeramente diferente” cuando bien le va, mientras que en otras palabras de sentidos abstractos, las diferencias son un abismo infinitamente grande, es mas, podría estar hablando de cosas totalmente distintas sin darse cuenta.

Existen palabras tan relacionadas con vivencias, recuerdos, eventos, etc, etc. Que se convierten en significados meramente propios. Palabras como amor, tristeza, felicidad, cariño, diversión, interesante, comodidad, etc. resultan tener un significado meramente personal. Cuando un par de individuos hablan con estas palabras abstractas, están hablando de cosas tan distintas y tan diferentes que en realidad no están hablando de nada. Cuando un par de novios hablan de amor, están hablando de mundos distintos, de conversaciones distintas, podrían no estar hablando y tener el mismo nivel de comunicación.

en general, a veces tenemos la mala costumbre de etiquetar una conversación de “profunda” cuando hablamos de conceptos muy abstractos, podría ser y solo digo “podría ser”, que en realidad no estamos hablando de nada, estamos repitiéndonos los conceptos que ya manejamos. Tomamos el concepto del otro, lo escuchamos, entendemos lo que nosotros ya sabíamos y así, parece ser que nos entendemos. Entonces, ¿Qué pasa cuando no nos entendemos?. Pues debe de ser resultado de usar palabras de menor grado de abstracción, donde podemos comprender rasgos generales y tener diferencias que tengan el suficiente peso para desestructurar la comunicación
Existe un tercer caso en donde nos entendemos totalmente, y es donde usamos palabras de significado muy directo. Dígase las palabras como botella, piedra, casa, etc. Aquí las palabras toman su significado directamente de la realidad observable.

Ahora bien, ¿Qué es lo que comunicamos en realidad?. Me parece que aquí el lenguaje es lo que menos comunica, el lenguaje es una trampa morbosa que esconde la realidad de las circunstancias, la verdad que no puede salir a flote por que nos duele, nos hiere ser tan mecánicos y tenemos que esconder nuestra naturaleza para el bien común.

¿Cómo es esto?
Dos hombres hablando de futbol, no están hablando realmente de fut bol, están hablando de muchas otras cosas, están hablando de un sentimiento de masculinidad truncada, están hablando de vidas aburridas, están hablando de una vida sin actividad física, están hablando de una competencia que se transfirió a otros ámbitos de su vida.

No es tema de esta vez, pero me sirve de ejemplo. El ser humano es competitivo por naturaleza, al menos en un ambiente sin recursos suficientes; la competencia es una interpretación de la pelea de los recursos. En una nueva sociedad donde los recursos existen en función del dinero, pero no se puede pelear de manera explicita por el dinero, entonces la competencia se cultiva en otros lados, como en los deportes, pero, no tenemos tiempo de hacer deporte, no tenemos tiempo de divertirnos, entonces, esos deportes se transforman en objetos accesibles solo mediante su contemplación. Y cuando dos hombres hablan de fut bol, están hablando de todo esto, excepto de fut bol. Es un ejemplo muy limitado; solo es para explicar lo que veo.

En cada conversación existe este discurso oculto, que en realidad es de lo que realmente se esta hablando y no de la platica superficial. Escucha las conversaciones en la calle, en el autobús, en la casa, veras que lo que digo es verdad. Detrás de todo hay una intención oscura y macabra que no se deja ver por que son realidades incomodas, animalescas, primitivas. El lenguaje es solo un cascaron que cubre y amalgama la cruda realidad insoportable.

Cuando dos personas hablan de amor, están hablando de sexo, cuando dos mujeres hablan televisión ó de novelas, están hablando de todo, menos de novelas.
Una vez que vez esto, se hace difícil convivir con las personas. Las intenciones que hay detrás en todas las relaciones, en todas las amistades, en las conversaciones, son visiones de lo muy animal que puede llegar a ser el humano, de lo salvaje que corre por su sangre heredado de nuestros antepasados. Sin embargo, dejarse llevar por el engaño resulta fácil cuando eres tu el que no desea ver lo que realmente quieres, cuando uno mismo es el que quiere ocultar la verdad; es fácil negarla y enterrarla en las garras del lenguaje.

El lenguaje siempre entraña misterios y verdades poderosas, no por lo que dice, sino por lo que no se dice. Eso me recuerda una frase, creo que es algo así.
“Lo importante no es lo que se dice, sino lo que no se dice”. No se de quien sea, pero existe. Lo cual me hace sentir que no estoy del todo perdido en mi análisis.
Por supuesto no todo lo que hay detrás del lenguaje, resulta horroroso, pero recordemos que cuando algo se oculta va de lo incomodo a lo terrible.

De vez en cuando he tratado de revelar lo que hay detrás de cada conversación, desvelando al de enfrente y desvelándome a mí, exponiéndome en una incomoda desnudes. hacer esto resulta tan desgarrador, que es como violar al individuo, se convierte en algo sumamente delicado y traspasar estas fronteras rompe cualquier relación. No lo definiría como otra cosas que una violación casi sexual.