I'm mad as hell!.

Hoy no estoy abogando a favor de las luchas individuales, a pesar de lo que he defendido muchas veces, y de la nueva tendencia de vivir bajo una forma de hacinamiento antisocial, hacinamiento ermitaño, donde las personas no conectan mas y evitan conocerse a pesar de vivir tan cerca espacialmente.

Promovido por el miedo y los medios, la creencia de la lucha social solitaria ha invadido nuestras mentes, de forma que nos han hecho creer que si algo queremos hacer, se debe hacer por uno mismo, impregnándonos con la idea de que los demás fallan y que no se puede confiar en terceros, confundidos con un deseo histriónico de protagonismo, cómplice de la sutil sugerencia que solo nosotros estamos en lo correcto.

La vida no es así, las luchas por justicia no se llevan a cabo desde el seno de un solo corazón, desde una sola cabeza ó desde un solo líder. Las luchas sociales se crean de la mente colectiva y de las pequeñas variaciones, de la multiplicidad de creencias e ideas, de la complicidad de un grupo y de la voluntad múltiple

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Estoy seguro de una cosa y de solo una cosa; el espíritu humano no se puede destruir. El fuego motor de la voluntad es el único motor de movimiento perpetuo, sin embargo, como toda la energía, esta también obedece algunas leyes, y así, esta energía es transformable y como equilibrio a su fuente inagotable, es sumamente maleable y fácilmente conducida a otros sitios.

De esta manera, un mundo manipulado muchas veces por reglas injustas y por personas que han dedicado todo su esfuerzo en pervertir el desarrollo de los demás, malgastando sus posiciones privilegiadas, se han esforzado fuertemente por conducir esta fuerza humana, esta voluntad, por los caminos de la soledad y de la lucha individual cuando hay suerte,  en los peores casos a el empleo de la energía en actividades que jamás rendirán frutos. Solo de esta manera somos presas fáciles y un gran producto de compraventa.

Divide y vencerás, crea prejuicios, separa, crea clases.

Estas ideas han logrado prevalecer en la cultura, incluso han logrado desarrollar un fuerte apego en la estima del publico por varias razones, entre ellas el miedo, el miedo que ha quedado después de ver la terrible confusión que puede lograr la unión, el miedo a la extinción del individuo y las terribles acciones desprovistas de responsabilidad que genera la lucha común. Estoy hablando de las guerras, de los movimientos totalitarios y la sumisión de las minorías. Pero eso ya existe; nuestras acciones preventivas contra nuestros temores nos condujeron al camino que de los mismos; y es que no hay manera de evitarlos. El humano es un ser social, pertenecemos a las masas y de ellas obtenemos todo, ya sea por evitación o por afección.

No hay manera de luchar por nuestra propia cuenta, necesitamos de los demás y necesitamos que las conexiones entre humanos se restablezcan sin miedo a perder. La vida es arriesgar y entre mas se arriesga, no solo se gana más, sino que es mucho más divertido. 

A favor de una reestructuración social y de la forma en que se relaciona el individuo, a favor de un nuevo México y de un mundo distinto, a favor de la lucha social.