¿Cómo saber si yo soy yo?

Si fuese valido decir "¿para qué preguntarme eso?, no me sirve de nada", sería igualmente valido  dejar de pensar; y no solo no es válido, sino que es imposible.

Hay manera de ser uno mismo y de saber qué es eso. Es decir, ¿somos lo que somos? ó ¿somos lo que queremos?.

Me parece que esta pregunta, como dije, es una pregunta que aunque no no la realicemos conscientemente, es la pregunta que tratamos de contestar toda nuestra vida, mediante todas nuestras acciones y con toda la fuerza que nos da el intelecto.

Llegamos al mundo viviendo como parte de todo, con todo lo necesario para simplemente estar, sin preocupaciones. Y  bruscamente se nos arroja un balde de agua fría que nos despierta de esta cómoda ensoñación, una conciencia punitiva que nos recuerda constantemente "tú eres".  ¿En qué momento nos damos cuenta de esto?.

El ser humano se reconoce por medio de terceros. Cuando vemos a nuestros padres, cuando vemos a nuestros amigos, vecinos, compañeros; lo único que vemos, es a nosotros mismos. Vemos aquello que reconocemos, y que reconocemos porque lo hemos introyectado de terceros. Nos vemos a nosotros mismos. De vernos en todos los lugares, en todas las personas, es de donde surge el inconveniente y la pregunta de ardua y dolorosa gravitación.

No solo nos conformamos de terceros, sino también, en un intento por contestar la pregunta ¿cómo saber que yo soy yo?; trabajamos, pintamos, escribimos, ideamos, planeamos. Dicho de otra manera, tratamos de que aquello que tenemos dentro, pueda salir en forma de una obra, y así saber, conocer, transformar a medios tangibles y concebir conscientemente aquello que somos.

En esta línea de reflexión, algo tan simple como encontrarse con alguien más ó realizar un proyecto, se convierte  para el individuo en dos espejos encontrados, reflejándose dentro de si hasta lo ínfimo.

¿Cómo saber que yo soy yo?, no se puede saber, porque yo no soy yo,  sino que yo somos yo.