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1 jul 2012

Soy un gurú moderno

¿Cómo empezar esta historia?. trato de no hablar mucho de mí, sino de mis ideas, pero esta vez la situación lo amerita ampliamente, creo...

En mi adolescencia me separe por completo de cualquier creencia mística, paranormal, sobrenatural, mágica o divina (al menos lo intento). Me he tratado de formar siempre en base a ideologías mas terrenales y comprobables; aun si ello es imposible sin un pensamiento mágico. Lo que quiero decir es que para nada creo en la existencia de experiencias paranormales, sin embargo, si existe algo parecido a eso, es lo que me pasó en esta semana.








Son vacaciones y, al menos para mí, es un tiempo sumamente aburrido. No tengo muchos amigos y los pocos que tengo, si es que tengo, me invitan a salir poco, y cuando me invitan a salir, es casi imposible que me saquen de mi casa. Soy una persona más bien solitaria. Así que en vacaciones utilizo todo mi tiempo en ver películas, escribir, leer y, lo que más me gusta, "hacer experimentos".

¿A que le llamo hacer experimentos?. Como mi profesión es ser psicólogo y mi hobbie es fastidiar, junto bastante bien mis dos pasiones. Te pongo un ejemplo. Tengo unos vecinos alemanes, a los cuales mi familia invitan a comer muy seguido. Hace algunos meses llegaron y yo estaba haciendo algo en la estufa, no recuerdo que. Me preguntaron "¿qué haces?, a lo que yo conteste "jabón" (en tono Hannibal Lecter). Ni siquiera tuve que mencionar que era jabón de judío, lo cual era mi idea principal. No tuvieron reacción alguna. La plática se corto de inmediato y se quedaron callados hasta que mis padres aparecieron en escena.

Otro de mis famosos experimentos, al menos famoso en mi casa. Fue el vendarme los ojos durante tres días. No salía de mi casa, así que fue fácil. Estuve ciego tres días y fue grandioso. La imaginación se me desbordaba. Claro que las primeras horas fueron de aburricion total. Pero después no encontraba qué hacer con tantas ideas que me venían a la cabeza e iluminaban de gamas inimaginables mi conciencia.

En fin. Esta vez me tocó atentar contra mi propia sanidad mental, si es que existe tal termino. Decidí que no dormiría durante tres días.

¿Por qué?. Al no ir a clases y no salir de mi casa; de pronto no pude escribir nada. Me entraba una aburrión total al momento de ponerme frente a la computadora. Solo me entusiasmaba ver pornografía. Incluso las películas me parecían monótonas y desgastantes.

Estaba a la mitad de una historia. Una historia que cada vez que intento terminarla, se queda a la mitad. Es una terrible maldición. No solo me quedo a la mitad, sino que después se me dificulta escribir cualquier otra cosa. Además me obsesiona tanto que comienzo a pensar todo el día en ello. Es como una molesta canción de cuna que se te queda en la cabeza todo el día, plus, solo recuerdas los primeros cinco segundo de canción.

Así, con esto en mente, no duermo muy bien, y los pocos momento en que duermo; tengo un sueño sumamente ligero con desgastantes imágenes de lo que me agobia(mi historia).

En uno de estos sueños, se me apareció uno de mis personajes; me dijo que la única forma de terminar esa historia era venciendo el sueño, o algo así. El punto es que se me daba a entender que estaba desperdiciando el tiempo al dormir. Cosa que de verdad creía.

Aquí es donde entra mi experimento. Decidí no dormir durante tres días(duración estándar de casi cualquier experimento). Me daba igual, de cualquier manera no estaba durmiendo bien.

Las primeras 24 horas fueron casi comunes. Internet, películas, libros. Las 24 horas siguientes, es decir mis primeras 48 horas sin dormir; se transformaron en casi una pesadilla. Me quedaba con cara de estúpido (y ya tengo algo de eso) y se me cerraban los ojos. A pesar de todo logre mantenerme despierto.

El inicio del tercer día tenía cita con el dentista, que en realidad es LA dentista, que en realidad es mi MADRE.

Pues si bien, la noche anterior me había quedado varias veces dormido en la silla de mi computadora, en la sala, o en mi jardín con algún libro entre las manos. No había dormido más de una hora en ninguno de los casos.

Estaba exhausto. Sentía como mi cuerpo temblaba de una manera extraña, los dientes me vibraban en un interminable ir y venir, sudaba frio, veía los colores opacos, no escuchaba bien, sensación de resequedad a la altura del cuello y de hormigas que caminaban por él, lo mismo con las manos, cualquier movimiento de coordinación fina desapareció y toda intención resultaba en movimientos desganados y exagerados. En fin, una serie de sensaciones bastante desgastantes.

Mi turno para ser atendido ( así es, tengo que esperar para que mi madre me atienda) llegó. En cuanto vi aquel sillón alargado en donde los pacientes son masacrados vía oral, supe que me quedaría dormido.
Me siento, me anestesian, escucho algunos regaños por haberme rotos dos dientes (es otra larga historia) y me quedo muerto.

Aquí comienza lo extraño.

De pronto estoy en mi cama. Mi abuelo, le ha robado un moño a una niña que me gusta. Digo niña, porque realmente es la niña que me gustaba en primaria. Cuando dicha niña logra conseguir su moño, se acerca a mí, esta vez estoy de nuevo sobre el sillón del consultorio. Estoy seguro de estar consciente. Veo la luz de la lámpara que alumbra mi boca. Me pongo de pie y no hay nadie más que esta niña con su moño, así que le digo "Hola, ¿Quién eres?!".Alcanzándome el moño me dice "Ten, comételo". Lo tomo y me quedo mirando a la niña. Estoy consternado, me doy cuenta que algo no anda bien, pero aun así lo tomo. La niña me dice "si quieres terminar la historia, debes comerte el moño; pero también debes comerte a tu padre". En este punto estoy en pánico. Comienzo a gritar "!ayuda¡". Cuando observo nuevamente el clásico sillón del consultorio dental; ahí estoy yo, con la boca abierta y una serie de instrumentos ensangrentados saliendo de mi boca. La niña me dice, "Despiértate, no duele". Me acerco a mí mismo y me palmeo la mejilla; en cuanto toco mi rostro abro de golpe los ojos. Estoy recostado en el sillón. Mi madre me está golpeando fuertemente en las mejillas.

Había estado en un extraño estado de somnolencia, por no decir inconsciente, durante algunos minutos. Al parecer solo me dio un pequeño colapso nervioso.

Ese día, tuve una discusión  con mi padre.

En la tarde, raspando la noche. Dormí como un ángel y soñé nuevamente con la niña. Finalmente se me reveló otra parte de la historia que estoy escribiendo.

Esta fue una de las experiencias más cercanas que he tenido a lo que YO llamaría místico. Sé que fue inducido por mi propia mano, pero fue tan real que es mágico. Escribir es mágico.

Estoy listo para un nuevo experimento.


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