¿Cómo podría quererte?.
No es la pregunta adecuada porque te quiero. ¿Cómo debo quererte?. Muy seguro de que responderías “quiéreme como tú”. Pero no sé querer en lo absoluto. Tampoco
puedo tomar los consejos de tus amigos o los míos, porque son simplones
borrachos; tú eres una madeja complicada
de situaciones cambiantes.
Por supuesto esta pregunta, que todos plantean pero nadie realiza
porque no hay respuesta; acarrea una serie de situaciones en donde mi sencillez
no logra encajar con tus aristas y vértices más complicados. ¿Qué puedo hacer
contra ello?.
Como quisiera complacerte, ser lo que esperas y más. Pero no
sé qué es eso. No estoy pidiendo indulgencia ni tampoco comprensión, pero tal
vez y solo si quieres, puedes apreciar la manera en que te quiero. Con todas
mis fatigas y puntos débiles; inseparables de mis virtudes porque también las
tengo.
Si dudas de mí, es algo que solo tus ojos me pueden decir. He
confiado más en ellos que en tu propia boca.
Con cada complicación puedo atisbar un fin inesperado. Mi
cabeza da vueltas repasando los detalles que pudieron causar el conflicto.
Luego me pregunto qué tan importante resulta eso a comparación de… del
universo. No es nada. Tienes razón al
responder “nada” cuando pregunto “¿Qué sucede?”. Posiblemente ese sea el
verdadero conflicto, que no sucede nada, que la cosa esta tranquila y ambos
necesitamos problemas a los que hacerle frente, ya sabes, para unirnos en la
misma lucha.
A pesar de que las muchas canciones aseguren que lo
complicado es olvidar, la verdad es que el desafío para nuestra era es
recordar, con tanto por conocer y nuestros deseos desenfrenados de avanzar,
mejorar, implementar y acaparar, deseamos que todo sea en abundancia sin dejar
tiempo para recordar. Así sin más seremos
un cabello menos en la historia de nuestras vidas. Pfff, como detestaría ser
una historia de cinco minutos en la borrachera de fin de cursos, o en la salida
con tus amigas; o ese comentario abreviado que se dice en las conversaciones de
facebook.
¿Es que acaso es posible vivir feliz?. No, no quiero
momentos de felicidad o breves situaciones, odio pensar que la felicidad es un
estado breve, algo consumible y agotable. Me importa poco si la filosofía, Freud
o Tin tan dicen lo contrario. Quiero ser feliz el resto de mi vida, porque para
estar infeliz lo puedo estar solo. Cuando soy infeliz no necesito a nadie que
me acompañe o con quien platicar. Te necesito
a mi lado cuando tenga algo que compartir, cuando la risa me inunde las
mejillas y cuando la luz estruje mi corazón. De otra manera prefiero quedarme
solo.
Aunque ¿quien sabe?, es probable que solo esté haciéndome ideas
locas.
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