Estoy festejando mi cumpleaños, o eso se podría decir, no
estoy muy seguro de estar.
Desparramado en el sofá de tu casa. Mismo departamento y
misma novia. La luz que atraviesa las cortinas naranjas golpea tu rostro, tu
pecho, tus brazos; que cuelgan como estambres desvertebrados, sostienen el
control del televisor.
Una tarde de ensueño, de bajo volumen, somnífera. Puedes ver
partículas de polvo formando pequeños sistemas; habitando en los rayos de luz.
Jugando con el
enfoque de tus ojos, alternas entre la televisión y el ambiente que te separa
de él. ¿Qué hay en la programación?, nadie sabe, lo divertido es cambiar con
aleatoriedad. Dicen que los hombres cambian el canal con el botón superior y
las mujeres con el inferior, ellos bajo la necesidad de encontrar y ellas bajo
la de no perder. Es curioso, estoy presionando el botón inferior. Uno siempre
se detiene algunos parpadeos en los infomerciables.
Estoy festejando mi cumpleaños, eso es seguro. ¿Cuántos
cumplo? , no tengo idea. Una chica
inclinada sobre mi entrepierna, con una abundante cabellera cubriéndole
cualquier ángulo del rostro, me está practicando sexo oral y sé que es mi
cumpleaños por ello, pero lo demás parece un tanto incierto. Acabo de
despertar, tal vez estoy a punto de dormir.
El sopor y el placer que invaden el cuerpo hacen de tu
conciencia una burla. Podrías llevar aquí, en este sillón, mil años y no
notarlo, no sufrirlo, no nada.
En las tardes calurosas, donde los ojos pesan y el trasero
te suda, los pliegues se unen en chicloso abraso; pareciera que todo regresa a
un solo punto, vibrante y desenchufado.
En la lejanía de tu cuerpo se pierde un ligero cosquilleo en
tu pene, se pierde la única sensación que te ataba a este lugar.
El pelo castaño y terriblemente lacio de la chica. Te
preguntas si deberías moverlo, pero no puedes hacer tal cosa, no en una tarde
tan cautivadora como esta, no con esos destellos dorados escurriéndose desde
sus lacios cabellos hasta tus adormecidos ojos. No importa mucho de quien sea,
siempre y cuando todo se quede como está, congelado en el tiempo; no mediante
una idea fría e inamovible, sino mediante un fuego plasmático, de baja
vibración.
Te preguntas si estarás drogado, o dormido. Lo único que
sabes es que es tu cumpleaños.
La joven que tienes a tus genitales moverá su mano izquierda
y la llevara a tu rostro; a pesar de ello no hay nada que revele su identidad.
En su mano izquierda no solo estarán sus hermosos, delgados y elegantes dedos,
también una estopa húmeda. Cuando la joven lleve sus artísticas manos a tu
nariz, comenzaras a pensar que algo no anda precisamente bien. El olor de lo
que hay en tu nariz es acido, desagradable. Como en toda situación, siempre es
más importante actuar que reaccionar, así que te quedaras en calma, fingiendo
que en todo momento tienes el control, actuando para ti mismo, diciéndote que
las cosas son como las crees a pesar de que los detalles no encajen. No te
preocupes, los detalles jamás encajaran.
Es mi cumpleaños te seguirás repitiendo cuando tus ojos,
cerrados por completo, estén figurándose imágenes y patrones de luz. Es mi
cumpleaños y está tratando de festejarme. Es mi cumpleaños y no debo saber
sobre mi fiesta sorpresa, así que esta chica , que seguramente es mi novia, está
organizando todo mientras me duerme con formol. Todo estará bien. Lo único que
te preocupara es que el tiempo de inhalación sea demasiado y no solo te duerma,
sino que te mate. Pero, ¿alguna vez alguien ha muerto en su cumpleaños?.
Los colores y patrones que tus ojos dibujaran serán cada vez
más claros y luminosos, cada vez menos delineados y delimitados, cada vez más
luz, cada vez más intensidad hasta que decidas abrir tus ojos y despertar.
Abrí los ojos y me encontré frente a mi computadora, con el
procesador de textos abierto y con parte de la historia avanzada. He estado
atascado en el mismo capítulo desde hace unos tres meses. Lo mismo de siempre,
al parecer la inspiración no es más que una mentira que dicen los genios. ¿Qué pasa si no puedo escribir más?.
Anteriormente comprendía al doble de rápido, leía al doble de rápido y ,
básicamente pode hacer cualquier cosa. He estado considerando la posibilidad de
que realmente uno se hace estúpido después de cierta edad.
Mi novia, que ha tratado de ayudar sin resultar en otra cosa
que un desvió de mi atención hacia el ámbito sexual; se encuentra sentada en mi
cama. No es que sea un pesar realmente, pero vaya que la economía psíquica aplica
aquí.
He estado leyendo sobre los sueños y como el cuerpo
reacciona ante ellos. ¿Sabias que antes de morir tu cuerpo libera cantidades
mortales de sustancias como dopamina y serotonina?, esto con la noble intención
de liberarte del dolor que puede resultar de ser atropellado por un camión de
cuatro toneladas. Pues bien, cuando uno duerme, el cerebro no distingue entre
realidad y sueño. Así que si en un sueño estas a punto de morir, pues te
despiertas, de lo contrario morirías por la liberación masiva de químicos. La verdadera pregunta es,
¿cómo distingue tu cerebro una situación mortal?. Es fácil cuando hablamos de
que un camión de cuatro toneladas te ha pasado por encima, pero cuando algo
realmente inesperado sucede. No podría poner un ejemplo, simplemente algo
inesperado, ¿entiendes lo que digo?. Posiblemente esa sea la diferencia entre
las personas que agonizan durante días o aquellas que mueren de sopetón.
Tendemos a considerar el cerebro como una entidad mágica,
mística cósmica, universal, que lo sabe literalmente todo. Pero en la
existencia uno debe pasar muchas cosas por alto para poder, valga la
redundancia, existir. Como el tiempo ,digo, es una dimensión según Albert, y
aun así no la concebimos como tal, sino como un factor; es decir, no nos
movemos a libertad en el tiempo, el cerebro pasa por alto esa dimensión.
Las existencias paralelas. Ser individuo consiente es en sí
una limitación, no podemos concebirnos en dos lugar al mismo tiempo.
Mi novia ha estado insistiendo en que debería probar drogas
psicodélicas, ya sabes, para romper eso del bloqueo creativo. No sé, pienso que
si alguna idea llega de esa manera estaría quitándome crédito, de la misma
forma en que consumir esteroides le quita crédito a un atleta. Michael Phelps
por ejemplo, aunque el realmente no tenia por que disculparse, a menos que el
uso de marihuana te convierta en acuaman.
Puedes imaginar un mundo en donde fuera legal el uso de
sustancias, genética alterada y robótica, en competencias oficiales. Seriamos
dioses de verdad, el record de cien metros planos estaría cerca de los cuatro
segundos. ¿Por qué el humano le tiene
miedo a estos cambios?, no son acaso resultado de nuestra inteligencia y
evolución. Aunque de esa manera la pregunta se me devuelve ; ¿por qué no uso
drogas para romper mi bloqueo creativo?.
Mi novia esta fumándose un cigarro sobre mi cama. No sé ni
por qué intento escribir cuando ella está aquí, es simplemente un distractor
muy grande. Su pelo negro hace resaltar de sobremanera su blanco rostro bañando
en pecas, con facciones tan delicadas que dan ganas de llorar. El cigarro sobre su mano
parece totalmente fuera de lugar, es como ver a un bebe fumando, eso y sus
sucias botas sobre mi almohada.
-!puedes bajar tus estúpidas botas de mi almohada¡- Le grito
más fuerte de lo que en realidad quería.
-¿Estás enojado porque no puedes escribir?- Lo dice mientras
baja sus botas de mi almohada.
No lo sé, es difícil decir
¿por qué hacemos lo que hacemos? y una duda aun mas grande y realmente
dolorosa; ¿cuál es la medida de lo que hacemos?, en otras palabras, ¿somos buenos?.
Mientras el humano redescubre al humano y nos vamos dando
cuenta que la genialidad o la destreza depende de tantas otras cosas que no
somos nosotros, cosas que no podemos controlar, nos acercamos al determinismo. Cuando
el humano redescubre al humano, está atentando sobre las posibilidades de su
propia libertad, está en búsqueda de la supresión. ¿Que sucederá en el momento
en que encontremos las variables?, ¿Que pensara el humano de su impotencia?,
¿que pasara cuando tengamos todas las respuestas?. Tontamente nos decimos que
eso no pasara... ¿qué tal si sí?.
-Si tú me pudieras ayudar a realizar una tarea, ¿lo harías
aun en contra de mi voluntad?- me pregunta con aire sofisticado, con una
elegante suciedad que me recuerda a la población europea de la edad media.
Sucios, ratas por doquier, peste, pero elegancia ante todo.
-Sí, creo que lo haría.
-¿Por qué?- Su voz comienza a ser sumamente molesta.
-no lo sé.-
El procesador de texto sigue en blanco.
Eso es lo que sucederá cuando el hombre se redescubra, el
procesador simplemente quedara en blanco.
Me giro sobre mi silla y dándole la espalda a esa mujer de
la edad media, quedo de frente a un procesador en blanco. Tras un momento de silencio, un fuerte tirón me
hace caer sobre mi trasero. Un pañuelo me cubre la cara. Es ella. Pataleo con
fuerza y tiro manotazos al aire, pero antes que ninguno de ellos pueda hacer
nada; ni por quitarme a edad media de encima ni por recuperar el equilibrio,
comienzo a perder la fuerza y me entra una paz intensa por las fosas nasales.
Colores, colores y letras. La danza de la vida jamás se
detiene. Si no es una cosa es otra. Si no eres por la izquierda eres por la
derecha pero no hay manera de librarse. La pesadez te perseguirá por toda la
eternidad, tú eres la pesadez.
En ese momento lo único que veía era música.
Abrirás tus ojos lentamente y podrás ver cómo, con la
barbilla pegada al pecho, tu vientre se extiende alargándose hasta tomar forma
de pies; este eres tú y lo aceptaras, para bien o para mal, jamás podrás ser
algo diferente. Estés en el momento en
que estés, estas en el mejor momento, porque todo empeorara. Te conformaras mientras las placas de tu
cuerpo harán verrugas, surcos y arrugas.
Así que levántate y sé. No olvidaras repetirte , no olvidaras impregnar,
y sobre todo, No lucharas contra esta voz.
Cuando abras los ojos, estarás en el sofá. Giraras la cabeza
lentamente, ubicando tu ser en algún donde. Veras que una manada de humanos se
acercan a ti y te colman con sus brazos, con sus besos, y con sus
felicitaciones.
Estas en lo correcto, tu novia te ha preparado una fiesta supresa.
A falta de tiempo ha decidido que es mejor dormirte con formol.
El ultimo abrazo que recibirás, proveniente de algún sitio
entre la multitud que grita "feliz cumpleaños", es de la chica del
cabello castaño. Antes de que sus delgados brazos te rodeen intentaras ver su
rostro, inútilmente, porque tu mirada es demasiado lenta y su sentimiento impulsivo.
-Feliz cumpleaños- Te susurra la hermosa joven en el oído.
Alguien te empuja por la espalda -¡Sopla a las velas!- , te dice llevándote
frente a un pastel. ¿Cuántas velas tiene?, revisa, ¡¿Cuantas velas tiene?!. No estarás
seguro, y aunque tu urgencia por contar el tiempo te hierva la sangre, prefieres
omitir ciertos datos.
-Pide un deseo- Gritan mientras las luces de los focos se
apagan de golpe.
Mientras cierras los ojos, sabes que algo no anda bien,
sabes que tú no eres el que cumple años y te preocupa que tu deseo no se realice
por no ser aquella persona. Soplas las velas vaciándote los pulmones y el corazón,
dejándote la vida en aquel deseo.
Cuando abres los ojos, estas frente a un procesador de texto
en blanco.
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